Ya se sabía el menú que habría. A si que decidí ir informándome un poco del marisco.
Con lo que al entrar a casa de mi abuela siendo que aun faltaban dos horas para la cena.
Porque todos los años voy siempre a ayudar a poner la mesa y los platos de comida. Pues me fui enterando del menú que había. Era el siguiente: de primero sopa de huevo, platos de jamón y caña de lomo. Como segundo eran todo fuentes llenas de marisco en las que había: gambas, langostinos, percebes, nécoras, almejas, patas de cangrejo del norte (también conocidas como patas de araña), un centollo más grande que mi cabeza y algunos foie-gras de pato. Y como postre teníamos turrones de muchas variedades (mas de 15 diferentes), macedonia y natillas caseras. Y de bebidas especiales había: vino tinto y rosado y champagne
Y a partir de aquí empieza la crítica de cada plato.
La sopa estaba un poco caliente para mi gusto pero aun así estaba deliciosa. El jamón estaba como a mi me gusta con un punto de sal y el lomo tenia al final un punto de picante. Respecto al marisco las gambas y los langostinos estaban igual de buenos ya que se podían acompañar de mayonesa, los percebes estaban un poco difíciles de abrir y incluso alguno expulso liquido que fue a parar a mi camisa pero aun así estaban muy buenos, por parte de las necoras y aunque solo tome media se podía decir que sabia mucho a mar y eso a mi no me gusta mucho, pero de sabor era la mas sabrosa que he probado en mi vida, mencionando las patas de araña siendo que no me comí ninguna por que no me apetecían mucho, supongo que estarían buenas siendo que solo dejaron dos y ya con el ultimo plato de marisco “el centollo”, comí un poco y me gustaba el sabor que tenia pero no la textura es como cuando comes caracoles que te parecen repulsivos pero con salsa de tomate están muy buenos. Como postres lo que mas me gusto fueron los turrones que había desde el típico jijona hasta de praline de piña y los que mas me gustaron fueron: el jijona, un turrón de “casa montal”, el típico de café de “chocolates lacasa” y uno que había de chocolate de una tienda de Huesca llamada “cremades” y ese ultimo fue mi favorito. Con respecto a la macedonia estaba con mas liquido y mas variedad de frutas que nunca
Y por ultimo de bebidas pues se abrió una botella de champagne de “möet chandon imperiale” que tenía bastantes burbujas y eso es lo que me gusta. Luego también se abrió una botella de “codorniu” que por primera vez note que el cava tenia un punto de sabor a melocotón y estaba muy bueno y un cuarto de la botella se derramo porque al abrirlo empezó a subir y se salio. Para finalizar abrieron un riojas alavesas gran reserva que nos regalo el padre de mi tío ya que el tiene una bodega cerca de la Rioja y según mi padre (porque yo no se distinguir un buen vino) me dijo que era un muy buen vino.
Me dijo que ese vino se había calificado con un 7,75 en una cata de todos los bodegueros de la Rioja.
Y hasta aquí mi critica de esa cena. En la que disfrute tanto de la comida como de todo lo que hablamos y los chistes y batallitas que contaron.
Espero con inquietud el volver a pasar una cena tan divertida y que me sorprendan con platos nuevos. Y así poder comentarlos y compartirlos, un saludo.